CANTO DE NOVIEMBRE
Alberto Peyrano
Vago por el poema,
este poema mío que se quedó sin forma,
sin el latido visceral de tu palabra.
Y me consagro a oscurecer con tinta
el blanco renglón que siempre ocupas,
recordando, tan sólo...
recordando...
Tratando de tenerte en mi presente
sin poder rescatarte del pasado...
Me prendiste fuego.
Me incineraste vivo.
Me dejaste tu marca para siempre:
un cardenal que nunca cicatriza
y que grita a mi avidez tu nombre.
Recorro los mil laberintos de tu ausencia,
estoy empezando a acostumbrarme
a que sólo el silencio me responda.
¿Te fuiste o te quedaste?
No logro definirlo.
No sé si fuiste un duende,
una pasión o un mito.
Tampoco sé si este poema
pueda contener la inconsistente
dulzura de tu esencia,
ésa, que un día del octavo arcano,
me ocupó por completo
sin dejarme lugar para seguir pensando.
sexta-feira, 4 de dezembro de 2009
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