sexta-feira, 4 de dezembro de 2009
LA SOMBRA
Alberto Peyrano
Cual paciente lacayo sin levita,
se proyecta la sombra sobre el suelo
acortando su cuerpo, sin desvelo,
cuando la luz se esfuma o se disipa.
Aunque su esencia toda nos confunde,
en la hoguera se abrasa sin quemarse,
se funde con las aguas sin mojarse
y en el más negro abismo no se hunde.
¡Qué dichoso se siente aquél que, solo,
en el último instante de su vida
cuando la luz del sol ya no ilumina
y la tumba es el puerto para todo,
envuelve con su sombra el mortal hado
y se duerme en la muerte acompañado!
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